La lengua que envuelve tu cuello
Te ahoga en palabras
Sol negro
Música sin hadas
Atónito y hueco
Entre las piedras de un río árido
Una lagrima de sangre
Escupe un ojo nebular
Serpientes lúgubres
Manzanas de guerras gélidas
Se mimetizan entre un jazz esquizoide
Fuego bemol
Agujas de inspiración
Acuden al dolor pendular
Gira aquí, rompe allá
Electrifica cada acorde terminal
Es un sueño que se pesadilla
Pesadillo como un ancla en el océano
Amarrado a mi cuello, pendiendo de tu mano
Y no dudas en soltar
Ácido fluyendo en mis pulmones
Consumiendo cada energía
Y me apago en silencio.
domingo, 15 de abril de 2007
JAZZ EN LA TERTULIA
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