Así desolado, ártico, árido
entre esfinges lúgubres
en el desierto glacial del alma
fina y lánguida asfixia.
Dama hermosa, cruel y peligrosa
me seduces con tu amor cáustico
tu tortura mórbida
tu pasión efímera.
Alpax estelar, embrujo demencial
con tu sílfide figura
me cubres, me secuestras, me penumbras
mi vos estentórea se pierde en la nada
nada, nada, nadar en tu ácido océano.
En mi ultima convulsión, te recordé
asiendo con fuerza la memoria
atándola con una soga a mi cuello
para que sea mi única compañía.
domingo, 15 de abril de 2007
SOLEDAD
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