Camino lentamente hacia la albura
hacia una guarida inmaculada
Lechuzas, ojos en tinieblas
centinelas de un paraíso virgen
Tesoro escondido
Tesoro florido
Voy a desvahar aquella flor marchita
con un influjo de vida eterna
Aquel umbral carmesí
por fin será vencido
Aquel santuario vedado
que celaste cautelosamente
será presa de natura
y reverdecerá lleno de locura.
Profanar aquel triste legado
es mi mayor deseo
Cambiar, reaccionar, flotar
Desatar uno a uno los botones de tu alma
libertad, naturaleza devoradora
tus raíces serán mis venas
como enredaderas un gemido exhalara
anunciando la llegada de un nuevo huésped
que morara de aquí a la eternidad.
domingo, 15 de abril de 2007
OPUS 4
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